domingo, 20 de enero de 2008
página catorce y quince
página trece y catorce
página novena y décima
La sombra se ha dormido en la pradera.
Los manantiales cantan.
Frente al ancho crepúsculo de invierno
Mi corazón soñaba.
¿Quién pudiera entender los manantiales,
El secreto del agua
Recien nacida, ese cantar oculto
A todas las miradas
Del espíritu dulce melodía
Más allá de las almas?...
Luchando bajo el peso de la sombra
Un manantial cantaba.
Yo me acerqué para escuchar su canto,
pero mi corazón no entiende nada.
Los manantiales cantan.
Frente al ancho crepúsculo de invierno
Mi corazón soñaba.
¿Quién pudiera entender los manantiales,
El secreto del agua
Recien nacida, ese cantar oculto
A todas las miradas
Del espíritu dulce melodía
Más allá de las almas?...
Luchando bajo el peso de la sombra
Un manantial cantaba.
Yo me acerqué para escuchar su canto,
pero mi corazón no entiende nada.
página septima y novena
Mi corazón es una mariposa niños buenos del prado
que presa por la araña gris del tiempo tiene el polen gris del desengaño.
De niño yo canté con vosotros niños buenos del prado,
solté mi gavilán con las temibles cuatro uñas de gato.
Fuí también caballero una tarde fresquita de mayo,
ella era entonces para mi el enigma, estrella azul sobre mi pecho intacto.
Cabalgué lentamente hacia los cielos, era un domingo de pipirigallo.
que presa por la araña gris del tiempo tiene el polen gris del desengaño.
De niño yo canté con vosotros niños buenos del prado,
solté mi gavilán con las temibles cuatro uñas de gato.
Fuí también caballero una tarde fresquita de mayo,
ella era entonces para mi el enigma, estrella azul sobre mi pecho intacto.
Cabalgué lentamente hacia los cielos, era un domingo de pipirigallo.
página primera y segunda
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